Metí bastantes goles, por eso, porque era muy valiente, y más de una vez me abrieron las cejas.
Yo, las he tenido… madre mía.
Me acuerdo el primer partido, era con el Utebo. El central se llamaba Lino. Uno, veterano, calvo, madre mía, que pegaba más leña…
Pero, vamos, no me he echado nunca para atrás.
Fíjate si he vivido el fútbol, que tenía novia y no iba a verla en toda la semana. Iba a entrenar y a la novia…
Ella me ha seguido mucho, ¡eh! Hemos ido a jugar por todos los sitios y siempre que había autobús venía, con el taxi de Labodía o con coches particulares.